Prisionera de una pena
tan arraigada en la nada
Que ni el saber la alegría
que al que falta le acompaña
desapuña mi corazón, que ríe
si a él le hace falta
Pero le busca despierta
con ojos llenos de agua,
y solo le encuentra dormida
cuando comparten las almas.
V.Nas
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