jueves, 14 de abril de 2011

Una historia... jueveros

Foto de V.Nas




Esccúchote hablar y las imágenes vuelven a mi mente  como un luminoso presente proyectado en el corazón, donde la dimensión de la percepción adquiere nuevas  perspectivas que nada tienen que ver con la edad que pudiera tener.

Es imposible que puedas recordar se empeñan en afirmar los que nada saben … :

Güelín el de les vaques, Manuel, un hombre recio, alto enjuto … sentado en la esquinina del prau que estaba enfrente de la casa de los gitanos, a la que me asustaba acercarme … no porque fueran gitanos, posiblemente era todo imaginación de niña pequeña… eran simplemente desconocidos  que metían mucho ruido  y  daban muchas voces .
Sentau en el tendejón, avanzau pa lante  con les dos manes apoyau en el cayau…   el cazu encima, la boina pa los gueyos, y la mirada soñadora hacia el interior de un mundo lleno de sabiduría que adornaba un alma inmensa  en la mente de un hombre que apenas supo leer y escribir…  pero  Manuel  era un hombre justo y respetado, que tenía la seriedad y el buen hacer de quien se convierte en un referente para el entorno .
Ningún prau estaba tan bien y uniformemente segau, ni ninguna huerta disponía les fabes, les patates, les cebolles, y les verdures … como el pequeño Versalles que tenía Manuel, donde las plantas estaban trazadas de forma que te pusieras en el ángulo que te pusieras del cuadrante estaba perfectamente alineado.  Les vaques de Manuel había que salir a mirales  pues no les había más limpies y cepillaes, ni mas hermoses… hasta los nombres teníen guapos … Maravilla, Linda , Estrella ,La Perla , La lucera , La Morica , La Careta y La Caretina su hija … que vivíen en una cuadra como un palacio en el que todo se trataba con extremo cuidado , desde la forma de colocar el forraje en la tenada para que no se soltara, hasta la forma de catales para que las ubres no sufrieran malformaciones, ni la vaca dolores por no vaciales de manera equilibrada . Atábayos el rau con un cordél a una pata, pa que no estuvieran continuamente  moviéndolu  y  hablábayos cariñosamente pa teneles tranquiles  mientras llenaba los calderos de leche .
Tenía también tres burres, Serafina, Mora, y la Nueva
Taxina , la mujer de Manuel , cuyo nombre era Anastasia , alta y buena moza como él y guapa como un sol de primavera , era la encargada de lleváles todos los días por la mañana en el recorrido para el suministro de los demandantes de la leche de burra muy buena según se  creía para el catarro y los bronquios . Vendíase por cuarterones que eren unos vasos a los que se yos untaba el borde de manteca pa que la leche no diera mucha espuma y pudieran quedar bien llenos y no de aire … a veinte céntimos el cuarterón .
Acuérdeste de que Taxina compróte los zapatos pa La Primera Comunión y que te llevaba con ella a repartir la leche,  y como cuándo teníes apenes siete años, estando  la burra Serafina  recien parida   y con un burrín  que necesitaba mamar, díjote
.- Súbete a la burra y vete pa casa , no te preocupes por nada … la burra sabe ir sola pa la cuadra , tú solo no te bajes  -
… y la burra empezó a caminar por la ciudad  … y caminar … y caminar; tú no sabíes dónde estabes y además pasaben los tranvías y dábente  mucho miedo … y no tenía que haber tranvías  … y habíalos … Hasta que empezaste a llorar y alguien te preguntó que pasaba
.- No sé donde estoy , tengo que ir pa la cuadra pero no ye aquí … no ye aquí
–¿Dónde vives fiu? Preguntóte 
- En la Campona Vieja
- ¡Ah! , mira sigue por ahí todo recto hasta que llegues al Parque de Begoña ¿conoces el parque?
– Sí , sí , conózcolu
– Bien pues sigue de frente hasta allí y vuelve a preguntar 
 Cuando Serafina vió el parque ya supo dónde estaba y enfiló directamente a casa sola y tú respiraste hondo … Serafina y tú ya pisábeis terreno conocidu .
Oigote hablar y siento no haber conocido a Taxina a la que dicen que me parezco … siento no haber vivido tus vivencias … siento haber conocido a  Manuel tan viejo que no tenía ganes de hablar … solo me miraba profundamente como el que teme romper una muñeca de porcelana si la toca  y movía la cabeza mientras que yo,  pa no molestar , me dedicaba a pinchar les moñigues con un palu y él poníase nerviosu temiendo que me manchara …
Pero nunca , nunca olvidé , a güelín el de les vaques al que es imposíble que pueda recordar
 ¿ Pero que tenías tú, dos años … tres ? –  haciendo sopes de pan con el café en el rincón de la cocina detrás de la puerta donde´y  gustaba sentase en la esquinina de la mesa .

V.Nas

8 comentarios:

  1. Precioso relato, me ha trasladado a los pardos con olores y sabores, donde les vaques y les verdures, patates, parecido a un Versalles pero más bello, trabajado de utilidad no de lujo. El Manuel y la Taxina representan las joyas auténticas de la tierra, honestos, límpidos, laboriosos, puros, un recuerdo que no muere, son las raíces profundas de un roble inmortal, y con esas palabras tuyas, salpicadas de hermosos vocablos (¿bable o astur?) siento que perviven, que son, que explican una tierra.
    Nos veremos Mariví, compi, en esos prados que llegan dulces, hasta besar la mar. Nos daremos las cuatro manos y nos abrazaremos.
    Petons, besitos.

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  2. recuerdos bellos que nos quedan grabados a fuego en nuestra alma hasta la eternidad, un besin muy muy grande de esta asturiana que te da infinitas gracias por hacernos participes de tus hermosos y nostalgicos recuerdos.

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  3. V.Nas, una historia llena de vivencias, imagino que personales, de las que se quedan marcadas para toda la vida. Manuel y Taxina, dos personas intuyo que con una vida muy simple en su cotidianeidad pero con una gran riqueza interior. Todos en algun momento de la infancia deberían vivir una experiencia parecida.
    Un beso

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  4. Bellísimo relato de los recuerdos como el verdor y la luz de esos campos donde pasta el ganado, ¡cómo olvidar algo así! Es de una infinita ternura.

    Mi abrazo. Elisa

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  5. Toma Mariví, te ha dado por los relatos y evocaciones y eso es una maravilla. Ya te lo dije la otra vez, traspasan las letras y hasta puedes oler... o llenarte con la humedad y estar allí.

    Un mundo real y bello que lo haces mágico.

    Besos un montón.

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  6. Bonita historia, sencilla pero que como la cuentas adquiere una trascendencia, una complejidad como puede ser esa sencilla historia desde la perspectiva de la niña.
    Un beso Marivi.

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  7. Relato histórico en primera persona. Con todos los componentes para dejar un entrañable sabor a gentes, tierras y animales que protagonizan sin distinción cada detalle del recuerdo.
    Y por encima de todos el abuelo, celoso protector de toda nueva vida que se mueva a su alrededor.

    Me ha encantado la forma y el fondo.
    Besos

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  8. Mira Mariví. Te he leído en variadas ocasiones. No es mi cariño por ti el que me hace hablar y dejarte comentarios. Simplemente es que admiro tu forma de escribir, lo buena gente que eres, la forma que tienes de mirar, y todo lo bueno que pudiera decirte un día y otro.
    No es porque seas mi amiga desde siempre. No es por nada... pero hoy, sería gustosa la "moñiga" del güelín, pa vete onservándo la vida con tan pocos años.
    Y toy segura que aprendiste bien les lecciones.. Ye que yes muy sabia, sí señor.
    Besinos.

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