Foto de José Manuel Gonzalo
El mar se agita sobre la altas costas en rompientes sonoras de flujo y reflujo,
horadando pequeñas calas a modo de conchas donde besa la tierra
en bocas de arena que se llenan de sal
y se ofrecen gustosas a la ofrenda de plateados lenguados, cefalópodos y crustáceos
que recolectan las manos de esbeltas y rubias doncellas...
y llenando las playas en mareas frías de sabrosos oricios
para los dedos recios y seguros de los jóvenes en grandes cestos.
Allí donde las atalayas, resistentes bastiones de desafiante roca,
sufrían de un punto flaco, sus embates consiguieron vaciar largos túneles
llegando hasta la mitad de los prados, dejando como olvidadas
redondas medallas de agua, increíbles islas de mar en medio
del prado,
del prado,
convertidas en sueños de playa o portentosas chimeneas de agua …
blufff, blufffff…boofff, blufff,boofff,bluuuufff… al ritmo de los impulsos.
Los rebaños pastan en verdes alfombras incontables como las margaritas de manzanilla
y las numerosísimas fuentes manan agua y leche…
Las cuevas rebosan de cuajo en diferentes y exquisitos quesos…
La caza puebla los bosques al abrigo de una naturaleza rabiosa regada por el cielo
y el canto de las ondinas… las orillas de las agüeras y pequeños ríos
se pueblan de avellanos, nogales, castaños e higueras…
Los huertos rebosan de cítricos, nísperos y piescos…
y el fruto prohibido rojo rubí o verde tentación…
siempre está al alcance de la mano que se tiende,
en la palma de la mano que se ofrece…
Conozco bien ese sitio… he nacido en él…
y te aseguro que aunque pudiera parecerlo por increíble
… no es un espejismo, es muy real.
V.Nas
Si cuando le llaman "PARAISO NATURAL" no es por casualidad....
ResponderEliminarGracias por tu presencia José Manuel y muchas más por cederme el honor de poder contar con tu magnífica fotografía para este texto
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