La vida del sano
es una bella fruta
que sacia y quita la sed,
adorna el paisaje y
perfuma el jardín sin esconderse;
también puede caerse del árbol
sobre tu cabeza o tu ojo
y ponerte morado... o
mostrarse madura o verde.
La fruta es apetecible y codiciada,
el gusano trata de horadarla
y cobijarse en ella como un compañero
muchas veces cálido...
hasta que es tarde
para ver cuánto ha dañado
Pero es sana y no lo ve,
lo siente y le duele,
pero advierte y espera…
y espera… y espera…
se va moliendo… se muere.
Se cae de la higuera sin ser higo,
decepcionada y dolida,
diciéndose otra vez más
-nunca aprenderé- pero
que no se diga Señor que no he confiado
Dáme otra primavera …
y otro bonito árbolado.
V.Nas
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