lunes, 9 de diciembre de 2019

...




Sé perfectamente que pulula por tu mente,

y circulo por tus calles en un paseo turístico

que me detiene en los rincones donde
el subconsciente te juega travesuras…

Es divertido.


No es morbo, no, eso no…

es, como el pasillo de tus velos

en el que van cayendo telarañas.
Como en la danza de Salomé,
el equilibrio exige,
cada velo que aparto
… un velo que me abandona.

¡AAAYYYYYYY!


Comienzo a sentir piel,

y no es eso lo que quiero.

Mas este laberinto es hacia delante
y el atrás ya está perdido.


Por otra parte en este juego,

aún estoy donde quiero, aunque

no sé a dónde me dirijo

¡Peligro!


Tanteo mis pies y silencio la lengua

que en el “pique”

desea probar quién lleva más guindilla
… pero me callo.


No me satisface el silencio,

lo haría aún menos mi victoria, que vaticino segura

si lidiara…
Rendido a mis pies.
Cuesta, sí, cuesta no dejarse llevar.


Las puntas de mis lanzas piden guerra de guerrilla

ante un digno contrincante donde pinchar al gusto.

Sí, al gusto.

Esas muecas…
contracciones involuntarias, traicioneras
a modo de gotitas de sangre que pasar por mi lengua,
mientras te empapa el sudor.

Sería un ejercicio de alto voltaje
en el terminarías frito en tu propio aceite,
y yo te daría vuelta y vuelta.


Antes de hincarte el diente.



V.Nas  2008