lunes, 9 de diciembre de 2019

...




Sé perfectamente que pulula por tu mente,

y circulo por tus calles en un paseo turístico

que me detiene en los rincones donde
el subconsciente te juega travesuras…

Es divertido.


No es morbo, no, eso no…

es, como el pasillo de tus velos

en el que van cayendo telarañas.
Como en la danza de Salomé,
el equilibrio exige,
cada velo que aparto
… un velo que me abandona.

¡AAAYYYYYYY!


Comienzo a sentir piel,

y no es eso lo que quiero.

Mas este laberinto es hacia delante
y el atrás ya está perdido.


Por otra parte en este juego,

aún estoy donde quiero, aunque

no sé a dónde me dirijo

¡Peligro!


Tanteo mis pies y silencio la lengua

que en el “pique”

desea probar quién lleva más guindilla
… pero me callo.


No me satisface el silencio,

lo haría aún menos mi victoria, que vaticino segura

si lidiara…
Rendido a mis pies.
Cuesta, sí, cuesta no dejarse llevar.


Las puntas de mis lanzas piden guerra de guerrilla

ante un digno contrincante donde pinchar al gusto.

Sí, al gusto.

Esas muecas…
contracciones involuntarias, traicioneras
a modo de gotitas de sangre que pasar por mi lengua,
mientras te empapa el sudor.

Sería un ejercicio de alto voltaje
en el terminarías frito en tu propio aceite,
y yo te daría vuelta y vuelta.


Antes de hincarte el diente.



V.Nas  2008



lunes, 8 de abril de 2019

Del hombre y de la mujer .- Of men and women



Cuando el principio fue… y ¿quién de nosotros lo recuerda?…parece ser que estableció un orden de crecimiento evolutivo.
 No importa quién nos lo cuente, ni cómo… en eso parecen ponerse de acuerdo tradiciones y científicos, aunque no compartan principios ni criterios.
La vida se fue transformando de lo simple a lo complejo… y aparentemente de lo básico y reflejo… a lo inteligente y creativo.
En esa dinámica de trayecto y seguro que en el momento propicio aparece el conocimiento; la capacidad de apreciar, el por qué de la conveniencia de realizar, de un modo determinado y no otro, las actividades adecuándolas a las necesidades razonadas.
En este punto conviven más de un tipo de homínidos… y en algún momento no determinado, y con un salto sin puente… uno de ellos permanece afianzando su supremacía, y el resto desaparecen.
No, no es una tesis lo que deseo desarrollar… solo quiero hablar de uno de los haces que se refleja en el prisma de tan conflictiva conjunción.
Es curioso que después de miles de años de convivencia razonada el hombre ( léase el macho) siga de alguna manera disertando sobre su supremacía sobre la hembra de la especie, tratando de aquilatar sobre el acierto o desacierto de sus decisiones. 
Es curioso que aún en los tiempos que corren en los que la hembra no ha dejado de ser lo que ha sido, y en los que tal vez comience a dejar de ser, en el comienzo de este mañana que es el próximo minuto, todavía no se hayan dado cuenta de que siempre y en la sombra la supremacía la ha tenido ella. 
Ha soportado leyes y regulaciones impuestas por la fuerza bruta… ni por la razón, ni por la justicia… y sobre todo impuestas por el miedo a que se invirtieran los papeles. No olvidemos que la parte más cómoda era para el macho su propio papel.
Ahora la hembra se manifiesta abiertamente, ésa es la única diferencia…y ahí están los resultados, se comen el mundo de los acomodados machos.
No se trata de realizar una encuesta ni de hacer comparativas en la que según las conveniencias unos u otros saldrían perjudicados según acomodo, sino del genérico de la igualdad de oportunidades. 
En la criba del mismo y único cedazo, la mujer sale mejor parada en la actualidad.
Pero el hombre sigue viéndolo desde su perspectiva, como si fuera una concesión que le hace, sin darse cuenta; de que quién está recibiendo un auténtico regalo es él…
La mujer siempre ha soportado su propia condición y la de sus machos por añadidura, siempre ha sido ella más un suplido del faltante, como demuestra la historia.
Hoy es una compañera que le brinda a su macho la oportunidad de equipararse a ella, de olvidar la fuerza bruta y ser un ser integral, sensitivo sin complejos…  y tierno.
… En el próximo minuto de mañana… tal vez una disertación como esta sea realmente como hablar de Cromañón o Neandertal.

V.Nas160409


Tu amor es un río de oro .- Your love is a river of gold

 
Foto El Pozo de Alfreo Huelva , desconozco el autor



Tu amor es un río de oro
en riberas de diamantes
de mil facetas al sol. 

Refulge ardiente en mis ojos
y en mi pecho calienta
nieves perpetuas en olvido

 
Los recuerdos son pinceles
que trabajan a su antojo
arañando la música en el trazo,

sus danzantes nubes de colores
contornean y dispersan
sentimientos encontrados


Y la ausencia pesa en lo etéreo
como un cuasar que todo engulle
aspirando el brillo de la estrella


Tu aliento pasa como brisa
que acaricia a falta de tacto
y se imanta este abismo… de una micra.


V.Nas


Locura .- Crazy


Como cruzar permanente por un campo de minas, no sabiendo nunca si están los pies bien asentados, haciéndose pedazos cuando de pronto incomprensiblemente todo se volatiliza…  y recomponiéndose maltrecho pero perfectamente reconstruido en lo externo, sin llegar a comprender como tanto dolor no rompe el corazón que ama… y comprendiendo aún menos no poder dejar de amar pese al daño. 
Poco a poco se lamenta observar… que duele menos .

Aprendiendo a comprender que de las minas, solo puedes esperar explosiones… y de éstas, solamente destrozos.
El dolor es la consecuencia lógica y recurrir al reparador anímico la única solución posible… la fortaleza, impuesta, imanta lo que queda y lo sitúa en vertical para otro paso… hacia la siguiente. 
Vivir con la locura es simplemente eso… vivir con la locura.

Preguntarse si ella, la locura, reconoce y analiza las consecuencias de sus actos, es vano; el loco, siempre tiene razón .
Las razones le sobran para justificar sus actos… más no tiene necesidad de hacerlo… la falta de  razón le ampara.

Más difícil de comprender resulta el entorno que todo le justifica en su locura… desde la razón,  y  que lo ampara en la consecución de la siguiente… por falta de ella.
 Ése que juzga el despropósito del que está loco… y que si bien puede aceptar que lo sea, no consiente en que su locura le agreda… pero sigue sin poner medios para evitar que agreda a otros que no son él. 
-No me des… de lo que no pido,  y no te daré de lo mismo 
Para que el loco responda 
-Lo mismo te digo…

V.Nas 190309




viernes, 5 de abril de 2019

Imagen .- Image





A ese lado de la lupa
se vuelve todo pequeño,
aumentan las realidades
y achican los viscerales
deseos, vueltos de rancio
en el tiempo. En ese ojo
ciclópeo,  captor
de verdad cronada,
la luz ya no pinta nada
solo es sutil reflejo
de la imagen capturada.
Ciego imaginero
que se ciñe justiciero
de una leyenda fingida
¿dónde ves? la que motiva
de tu inquietud tanto quiebro,
mira sin el cristal,
que te libra del penal,
… y ciégate  prisionero

V.Nas

jueves, 4 de abril de 2019

Piénsote a mi lado izquierdo .- I think you on my left side

Foto de V.Nas



 


Piénsote a mi lado izquierdo 
Y siéntote de mi mano asido 
Lucen motitas de estrella 
sobre alfombras de mercurio 
rizadas de oleaje, brillantes 
engarzados de danza, al ritmo 
insonoro de la calma… la calma 
untura que cura el desaliento 
No te fugaste, sencillamente 
no tomaste el tren de la última 
hora, elegiste la amanecida 
con los ojos abiertos, y partiste 
en preferente hacia el último 
refugio del sueño 
Queda mucha noche, 
ven cuéntamelo 
Ahí, en el lago en que te encuentras 
¿de qué color son los soles? 
V.Nas

jueves, 28 de marzo de 2019

Una historia - A story



Una historia







Entra el sol por la ventana sin cristales y las pieles se abaten con el frío viento de la amanecida. Desde el torreón se avista el bosque y el río pero la niebla cubre las cumbres de las montañas próximas dejando el paisaje alineado a la vista en la superficie del suelo… y poco más, pronto se elevará hacia el cielo y el sol lucirá esplendoroso al mediodía, momentos que propicia para un paso solitario antes del almuerzo.
Se apresta para bajar a las cocinas y comprobar que todo está en movimiento para abastecer a tanta gente. Y después desde el salón principal disponer y ordenar faenas que todo lo mantengan a punto y a sus gentes ocupadas.
Se siente sola muchas veces. El feudo no es muy importante pero lo es suficientemente para que resulte duro y pesado atender todas las obligaciones. Las luchas fronterizas mantienen alejados a los hombres, y recae sobre sus hombros la administración de las tierras. Con todo procura que el peso no la aplaste y da hasta donde puede, acudiendo a los requerimientos de los soldados y campesinos. No siempre encuentra respuestas, pero siempre dice algo… su sentimiento, que parece servir, aún sin soluciones, para aplacar el ánimo y subir la estima, y así día a día solo se reserva para sí misma… sus minutos del mediodía.
El sol calienta y los pájaros cantan. El rumor del río se filtra entre sonidos y las hierbas altas rozan sus vestidos en el camino. Poco a poco todo se hace más íntimo, más oculto a los ojos exteriores, buscando ese recodo que solo a su ánimo pertenezca. Siente cierta apatía… siempre está para otros pero no siempre hay quién esté para ella. Se deja llevar por sus pensamientos sin controlar los pasos y termina en un pequeño claro entre bosques donde vive la anciana solitaria que conoce desde niña. Apartada vive de sus hierbas y sus flores… y de pequeñas donaciones de aldeanos que se acercan a pedirle sus remedios. La vieja, la llaman unos… la bruja, la llaman otros.
Para ella cuando niña era la intocable, un ser lleno de misterio al que temía, aunque siempre le habló con dulzura. Nunca se arrimó mucho por allí; pero ahora allí estaba, y veía las cosas de otro modo, y entendía a la anciana de otro modo. No sentía miedo sino curiosidad.
Continuó su paseo tratando de alcanzar el río al otro lado del meandro, cuando una voz la saludó
-Buenos días niña… te esperaba
-Buenos días anciana, cómo podrías esperarme si ni yo sabía que vendría.
-Tú no, niña… pero yo sí
La anciana la miraba atentamente
-Ya eres una mujer… pero estás sola.
-¿Cómo sabes eso madrecita?
-Yo lo sé todo de ti niña desde el día que te hicieron.
La niña guardó silencio, pues no quería discutir eso ni entrar en detalles con la anciana, era en cierta manera estremecedor el intuir que eso era cierto.
Pero por alguna causa dijo:
-Sí, estoy sola madrecita… y a veces duele.
-Es tu signo ser fuerte niña, tú puedes.
-Lo sé madre,  pero eso no es un consuelo.
-Es tu destino el estar para muchos, niña
-¿Para muchos?… No comprendo lo que decís.
-Sí niña, para muchos… decidme
 Veo un varón ¿Quién es…?
-Mi padre por supuesto. También podría ser mi hermano.
-No, no son… este que yo digo está enamorado de vos…
-No lo conozco anciana.
-Decidme niña ¿Quién es…?
-Mi esposo sin duda
-No, ese no. Vuestro esposo no se llama… y dijo un nombre
-No, es cierto, pero yo siempre le he llamado de esa forma
-Comienza a preguntarte por qué lo has hecho niña. Por qué has llamado a tu esposo con un nombre que no le corresponde. El portador de ese nombre por derecho, está en tu vida, es tu destino, y será la mayor felicidad que hayas conocido hasta ahora.
-Eso es imposible tratándose de mí, anciana. Yo nunca propiciaré algo así.
-Será. Está escrito. Pero para que venga a ti deberá ocurrir antes una muerte.
-¿Una muerte madrecita…de quién?
Agitando la cabeza como apartando humo la anciana contestó:
-Una muerte.
Continuó preguntando por otros nombres; ¿Quién es…?…y la niña respondía para escuchar; no, ese, no.
¿Quién es…? No, ese no ¿Quién es…? No, ese no…Y así nombres y nombres de desconocidos que se grababan en su mente cada vez que replicaba a la anciana indicando a quién conocía con ese nombre para seguir escuchando; no, ese no.
Llegó un momento en que aturdida y enfadada, inquieta por tanto desconcierto respondió airada a la anciana:
-¡Ya está bien! Si tantos nombres desconocidos han de estar en mi vida…¡Decidme! …¡Cómo son!
-Nombres niña… solo nombres.
La mujer siguió hablando a la joven y diciéndole cosas que se fijaron en su memoria e inquietaron su espíritu.
-Adiós madrecita, tengo que irme.
-Que Dios te acompañe niña. Vuelve a verme. Todo ha de ocurrir de aquí a siete u ocho años… como mucho.
Regresando del paseo ya no era el entorno el que ocupaba su mente… había tantas preguntas, tanta inquietud, tanto, desconocido ¿qué iría ha ocurrir dentro de siete años… en el tiempo?…una muerte….
Cuando traspasó la puerta del solar del patio y se vio inmersa en la rutina diaria olvidó su encuentro en el bosque, y retomó su vida.
Deseaba la presencia de su esposo, siempre tan alejado en defensa de sus fueros… le amaba tanto. Era el más aguerrido de los caballeros, alto y fuerte, tierno y considerado para ella, un bello y musculado héroe protector. Cuando él regresaba, no necesitaba los pies sobre la tierra, se podía permitir deslizarse en el aire a pocos centímetros del suelo y volar de esquina a esquina como una mariposa, así de liviana y etérea como si le hubieran brotado alas se sentía, ya no existía peso que la asentara.
Se sabía afortunada, segura y cobijada. Cuando miraba su cara y el amor que contenía ¡Cuánto le quería! Se entregaba ruborosa al cobijo de sus brazos y pegada a su costal dormía tan complacida del amor que le entregaba, en sus brazos amparada, en el sitio que debía ¡Era feliz, día a día!
Pasaban los años y las luchas continuaban, las idas y venidas se sucedían y los nombres se habían dispersado en el recuerdo. A veces afloraba… la época más feliz de tu vida, una muerte.
No podía, ni quería pensar en ello, pero los años pasaban; siete u ocho años… una muerte. Agitaba su cabeza y descolocaba su mente ¿pero quién? No, Dios, no lo permitas… Más según pasaba el tiempo se asentaban los temores ¡Señor no lo permitas!
…Y aconteció que una tarde, le trajeron mal herido al hombre que ella quería… y sintió que se moría. Él era toda su vida, bello, joven, valiente…aquello no era justicia ¡No debía ser! ¡No podía ser!…¡Una muerte!
Se encerró en la capilla de su mente y rezaba sin parar, mientras curaba las heridas ¡No lo permitas Dios mío!…¡No permitas que se muera! y nombrándole al oído para darle su consuelo, no podía evitar recordar al poseedor del mismo que debía aproximarse a su vida en la más feliz de las etapas… una muerte ¿pero quién?
Mientras refrescaba la frente del herido no podía impedir que se disparara su pensamiento en millar de conjeturas.
Y entre razón y razón pactaba su corazón con Dios y le decía:
Amo a mi esposo, soy mujer fiel, no ha de haber otra manera de que otro hombre me avistara que no fuera la de ser viuda ¡Señor Dios que no suceda! Jamás sería feliz si el amor se fomentara en la muerte que hallara el amor que ya poseo. Yo no conozco otro rostro que este rostro que yo amo, ningún otro que yo amara ¡Dios mío no lo permitas!… Y si alguien ha de morir que sea yo. Y que sea en otra vida venidera ese amor que aquí estuviera esperando para mí…
Pero hoy, que sea así.
V.Nas