Como cruzar permanente por un campo de minas, no
sabiendo nunca si están los pies bien asentados, haciéndose pedazos cuando de
pronto incomprensiblemente todo se volatiliza… y recomponiéndose maltrecho pero perfectamente
reconstruido en lo externo, sin llegar a comprender como tanto dolor no rompe
el corazón que ama… y comprendiendo aún menos no poder dejar de amar pese al
daño.
Poco a poco se lamenta observar… que duele menos .
Poco a poco se lamenta observar… que duele menos .
Aprendiendo a comprender que de las minas, solo puedes esperar explosiones… y de éstas, solamente destrozos.
El dolor es la consecuencia lógica y recurrir al
reparador anímico la única solución posible… la fortaleza, impuesta, imanta lo
que queda y lo sitúa en vertical para otro paso… hacia la siguiente.
Vivir con la locura es simplemente eso… vivir con la locura.
Vivir con la locura es simplemente eso… vivir con la locura.
Preguntarse si ella, la locura, reconoce y analiza las consecuencias de sus actos, es vano; el loco, siempre tiene razón .
Las razones le sobran para justificar sus actos… más
no tiene necesidad de hacerlo… la falta de razón le ampara.
Más difícil de comprender resulta el entorno que todo le justifica en su locura… desde la razón, y que lo ampara en la consecución de la siguiente… por falta de ella.
Ése que juzga el despropósito del que está loco…
y que si bien puede aceptar que lo sea, no consiente en que su locura le
agreda… pero sigue sin poner medios para evitar que agreda a otros que no son
él.
-No me des… de lo que no pido, y no te daré de lo mismo
Para que el loco responda
-Lo mismo te digo…
-No me des… de lo que no pido, y no te daré de lo mismo
Para que el loco responda
-Lo mismo te digo…
V.Nas 190309
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